23 de enero de 2011

Ignasi

Soy curioso de noticias imaginarias. Así que de vez en cuando leo uno de los artículos del «Monstruari Fantàstic» de Joan Perucho, aunque, como es bien sabido por las pocas personas que me conocen, mi cronista favorito en este respecto es Alvaro Cunqueiro. Hoy abrí el libelo que les digo en la página 45, dedicada a Ignasi d’Hervés i Albuyol, marqués de Santositio. Huérfano a muy temprana edad, su sensibilidad medró viendo pasar el río Onyar (a la altura de Girona) y leyendo poesía. Ya de adulto, apenas entró en posesión de su título y de su fortuna, decidió viajar por el mundo. Su primera escogencia fueron las Antillas Neerlandesas; la segunda, China. Allí pudo capturar vivo un Tou Fou, ser fabuloso aficionado a desenterrar cadáveres. Logró domesticarlo y al abandonar su vida aventurera lo llevó consigo a Londres donde hizo residencia. Sus días transcurrían entre la placidez y la melancolía, cuando conoció a Madame Tussaud, mujer peculiar que por entonces se dedicaba a montar un «Museo de los Horrores» elaborando unas figuras de cera cuyo realismo pasmaba. Ignasi se enamoró perdidamente de la Tussaud y colaboró con algunas figuras, hasta que los detectives londinenses intervinieron: habían encontrado flotando en el Támesis varios cadáveres vestidos de formas realmente extrañas. Nuestro marqués huyó a Francia y más tarde, en 1829, publicó en Madrid el libro que lo hizo famoso: «L’home fi al gust del dia», donde hablaba de la elegancia masculina. Según Perucho, el libro es muy difícil si no imposible de encontrar. No obstante, de su ejemplar personal ofrece un fragmento dedicado a la corbata; sí, Ignasi el aventurero, el enamorado, acabó hablando de esas cosas. Traduzco a continuación el primer párrafo de su taxonomía estética: 
La corbata es la parte más importante de la vestimenta del hombre. Es, respecto  de todo el traje, lo mismo que los ojos de una bella dama respecto de todo su rostro. Así, entonces, ha de ser objeto de un cuidado particular y se le debe prestar una severa atención. Por la corbata se juzga al hombre, o, mejor, si se me permite decirlo, la corbata es todo el hombre.
Ignasi d’Hervés i Albuyol, marqués de Santositio, murió en Baja Normandía y fue enterrado en el cementerio municipal de Caen, el 7 de mayo de 1867. Meses más tarde, sus despojos fueron desenterrados para muchos misteriosamente, pero nosotros sabemos bien quién fue.

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