16 de diciembre de 2012

Duda


Me pica un mosquito; mejor dicho, siento que me pica un mosquito. Reacciono buscando con la vista el epicentro del pinchazo, lo veo en mi brazo y le doy muerte ipso facto aplastándolo con la palma de mi mano. Voy al baño a lavarme y mientras lo hago pienso que cometí un error. Si le hubiera dejado con vida, seguramente hubiera dejado descendencia y en un par de generaciones su falta de sigilo la hubieran heredado sus nietos. Cada vez que intentaran picar a alguien, hubieran sido pillados y subsecuentemente hubieran sido aplastados. El único problema es que esa generación se hubiera extinguido rápidamente y lo más seguro es que algún mosquito sigiloso se hubiera salvado aprovechando la atención que se hubiera prestado a los otros y se hubiera reproducido con éxito perpetuando el ciclo, etc. En fin, creo que después de todo más que un error fue una duda darwiniana.

7 de diciembre de 2012

Necesidad

Rubén Blades, hace ya varios años atrás, compuso un tema que decidió llamar «La belleza del son». Originalmente, la interpretó la orquesta de Bobby Valentín y fue cantada por otro. En la ocasión de celebrar el 35 aniversario de vida musical del bajista puertorriqueño, Blades cantó su propia canción. Fue grabada y escucharla, pienso yo, es una especie de necesidad psicosocial para los que nacimos en el Caribe.

1 de diciembre de 2012

Protesta


Como he dicho en otras ocasiones, aquí y en otros lugares, gusto mucho de los giros del sentido. Hoy, por ejemplo, el nuevo presidente de México tomó posesión de su cargo. A esa toma los mexicanos la llaman «toma de protesta». Ahora bien, la palabra protesta significa esto: «Promesa solemne de un alto dignatario al tomar posesión de su cargo.» Y la palabra promesa significa esto otro: «Ofrecimiento solemne, sin fórmula religiosa, pero equivalente al juramento, de cumplir bien los deberes de un cargo o función que va a ejercerse.» Es bien sabido que entre los políticos y las promesas ha existido y existe un diptongo, si es tiempo de campaña electoral, y un hiato si es tiempo de cumplir lo prometido. Me resulta curioso que el primer acto oficial de un presidente sea poner sobre el denso manto de la comprensión esa relación. Aunque es coherente, despierta suspicacias, ¿no?

21 de noviembre de 2012

Amigos


La mejor manera de medir la distancia entre dos entidades no es acercándolas sino alejándolas. Cuando dos entidades están habitualmente cerca, esa medida poco a poco se va difuminando y uno puede afirmar, sin mayores escrúpulos físicos o filosóficos, que están juntas. Basta con alterar esa junteidad distanciándolas para que la medida adquiera una relevancia crucial. Si, por ejemplo, en lugar de decir «entidades» decimos «amigos», esa relevancia más que importar duele. Pero no se trata de un dolor como el causado por un golpe, sino un dolor como el de la nostalgia. Lo habitual, en estas circunstancias, es además de nostálgico sentirse triste. Afortunadamente, ese estado puede contrarrestarse con una disposición positiva de cara al futuro; por ejemplo, teniendo el firme convencimiento de que a corto o mediano plazo esa distancia se acortará y los amigos volverán a juntarse. Que así sea.

15 de noviembre de 2012

Producir


Hoy no tengo ganas de ser productivo; sobre todo porque mi producción es para quien tendría que producir por sí mismo.

Realidad


No sé a ustedes pero a mí, en más ocasiones de las que quisiera, la realidad me aturde. Me hace sentir un sopor parecido al hastío que produce el bochorno vespertino de las tardes estivales. Puesto a elegir, prefiero la fantasía. Alguno dirá que es una forma de elusión. Yo digo que es supervivencia. La realidad en exceso mata. Por eso, recomiendo encarecidamente, tener a mano una reserva de dragones, sirenas, islas imaginarias y pócimas mágicas para poder sobrellevar la vida no digo que con dignidad pero sí, al menos, con imaginación. 

7 de noviembre de 2012

Orgullo


Si uno busca en el Diccionario la palabra orgullo, notará al menos dos cosas. La primera que es una definición más bien fea que pertenece al orden egoísta del ser, y la segunda que es un término que proviene del catalán. Si lo buscamos en su idioma original, se fealdad aumenta y además se dice que si no viene del germano entonces viene del castellano o del portugués. O sea, que pocos quieren atribuirse el origen de tan feo término que dicho de una vez se define así: Sentiment d’estima de si mateix que fa que hom es cregui superior als altres o almenys que es consideri molt satisfet dels seus mèrits. [Para los que todavía no dominan el catalán, traduzco libremente: Sentimiento de estima de sí mismo que hace que un hombre se crea superior a otros o al menos que se considere muy satisfecho de sus méritos]. Este sentimiento también lo puede producir una cosa o una persona, por ejemplo, uno se puede sentir orgulloso de un hijo. Lo cierto es que antes de comenzar a escribir esta nota quería usar esa palabra y, por pura curiosidad, la busqué en el diccionario con el resultado que acabo de referir. No obstante, a pesar de todo, quiero usarla porque, al menos en mi caso, nada tiene que ver con el egoísmo o con la vanidad ufana, sino con una especie de plenitud existencial que solo se siente porque al Otro le va bien. Así que lo que siento desde ayer es un orgullo grande por la nueva y muy meritoria doctora Silvaseñor. Desde aquí le envío mi abrazo de oso enamorado y buenamente envanecido por su éxito, que seguro continuará indefinidamente.

4 de noviembre de 2012

3 de noviembre de 2012

Lleno


Cuando el autobús está repleto, los pasajeros se quejan porque hay mucha gente.

Magia


La Encylopædia Britannica tiene un versión en línea que, para sorpresa de los escépticos, se puede consultar gratuitamente. Hace unos minutos busqué el término «magic» y el portal me ofreció un artículo extenso y detallado que además de definirlo, se adorna con asuntos psicológicos, antropológicos, sociológicos, etc. que hacen las delicias de los espíritus curiosos. Yo no soy uno de ellos, pero igual me entretengo con cosas como estas. El artículo comienza definiendo el concepto de una manera francamente circunspecta. En modo alguno asoma alguna duda; tampoco permite pensar que haya reticencias. De hecho, afirma flemáticamente que la magia es un tipo de racionalidad, una manera de pensar que asume la existencia de fuerzas invisibles que ejercen ciertas influencias sobre los eventos visibles y, también, producen cambios en las condiciones materiales de las entidades que pueblan este mundo. Puesto que se trata de una enciclopedia, luego de la definición inicial, sigue una clasificación de los asuntos mágicos. Se habla de los elementos de la magia, de los hechizos, los materiales, los ritos, y, finalmente, de las funciones de la magia. Y en ese último punto quiero detenerme por un momento. Según la Encyclopædia la magia tiene una función instrumental y una función expresiva. La primera se basa en el intento de influir en la naturaleza o en el comportamiento humano, y se mide por la eficacia con la que se logra el resultado deseado. Por ejemplo, si quiero que deje de llover y coloco en el jardín una cruz de cuchillos e inmediatamente la lluvia amaina o cesa del todo entonces la magia ha sido instrumentalmente eficaz. Esta primera función tiene a su vez tres tipos: el productivo, el protector y el destructivo. La magia productiva se usa para solicitar un resultado exitoso y positivo de un acto humano o de un acto de la naturaleza, por ejemplo, que llueva si hay sequía. La magia protectora tiene como objetivo defender a un individuo o a una comunidad de los avatares de la naturaleza o de la maldad de los Otros. El uso de amuletos y talismanes pertenece a este segundo tipo. La magia destructiva, también conocida como hechicería o brujería, tiene como fin hacer daño a los demás. A menudo está motivada por la envidia y es socialmente disruptiva. La madrastra de Blancanieves o Lord Voldemort son ejemplos clásicos de este tipo de magia. La Encyclopædia no se extiende en la función expresiva de la magia. Se limita a decir que se refiere a la semántica y al simbolismo que acompañan a las prácticas mágicas. Por ejemplo, la magia puede generar un sentido de identidad colectiva a los grupos que realizan rituales orientados a dar poder y fuerza a sus miembros. Esto, sin magia alguna, también lo logran los temperamentos mesiánicos y algunos nacionalistas cuando mezclan sus ideas con el carisma y con el deseo de la gente de querer estar bien.

31 de octubre de 2012

Nadie


Hace unos momentos escuché un tema compuesto e interpretado por el joven percusionistas norteamericano Aaron Staebell. El tema lleva un nombre que, en mi caso, es una triste realidad: «Nobody Reads Your Blog», es decir, nadie lee tu blog. Curiosamente, el tema no es desesperanzador; todo lo contrario, es animado y a ratos recuerda una de las alocadas composiciones del no menos loco Frank Zappa. Acaso en el fondo no es un lamento sino un canto a la indiferencia.

Doctora


Hace unos días felicité a un gran amigo por su logro académico. Hoy 31 de octubre de 2012 me toca hacer lo propio para con su pareja, también amiga de servidor, quien ha obtenido el grado de Doctora en Psicología. Su acto fue redondo. Todo estuvo en su lugar. Todo fluyó. Nada faltó. El tribunal no fue complaciente pero estuvo complacido y sin salirse del rigor característico de las personas que confían mucho en la estadística, ofreció a los presentes toda una serie de reflexiones que había despertado la tesis leída precediendo cada reflexión con elogios varios. Al final el resultado fue el mejor posible. Me alegro mucho por la nueva Doctora, y desde este rincón tan cercano al silencio envío mis más sinceras felicitaciones.

30 de octubre de 2012

Personas IV

Y hay personas que simple y llanamente tienen un jardín y disfrutan de ello.

Personas III


Todo tiene su gracia. Si buscamos en el diccionario la palabra «átomo» encontramos que, con ligeros cambios de un contexto a otro, hace referencia a una entidad diminuta con existencia propia, a una partícula material de pequeñez extrema, a una cosa muy chica, etc. Esto en nuestro idioma. Pero si seguimos el rastro etimológico, «átomo» viene del latín «atŏmum» y este a su vez viene del término griego «ἄτομον» que significa «persona». El resto se lo dejo al improbable lector.

29 de octubre de 2012

Personas II

Hay personas que cuando entran en un jardín hablan del desierto que una vez visitaron.

Personas


Hay personas que son así: Cuando les regalas un jardín cortan las flores, las introducen en un jarrón, colocan el jarrón sobre una mesa, pintan un cuadro de esa composición y luego presumen de su obra sin mencionar para nada ni el jardín ni el hecho extraordinario de haberlo recibido como una ofrenda de alguien.

27 de octubre de 2012

Leño


Ser un leño es ventajoso si tu destino es la hoguera, pero si vas a la hoguera sin ser leño nada es ventaja.

25 de octubre de 2012

Doctor


La vida es muchas cosas, pero sobre todo es metas y logros. Ayer, 25 de octubre de 2012, promediando la tarde, una persona a quien comencé considerando uno de mis mejores amigos pero que acabé sintiendo como el hermano que no tuve ni tendré, obtuvo el grado de Doctor. Se dirá que no es cosa extraordinaria para mí que la mayor parte de la adultez la he pasado en el mundo académico. En efecto no lo es. He presenciado muchas veces eventos como ese. No obstante, en esta ocasión ha sido más que diferente, no sólo por el afecto que me une al ahora Doctor, sino por la calidad tanto intelectual como humana del acto. Fue tan bonito todo que en algún momento tuve que contener alguna lágrima que emocionada ya quería salirse de su lugar. Pocas veces he tenido la oportunidad de presenciar un reconocimiento tan cabal, justo y coherente como el que ayer recibió mi amigo, mi hermano, una de las personas más haplofrénicas que he conocido en este lado de la vida. Desde aquí auguro para él una carrera llena de cosas buenas.

24 de octubre de 2012

Boyas


Cuenta Cunqueiro de un navegante celta de tiempos remotos, que nunca se perdía en el mar. Aunque la ruta fuera extraña y desconocida, el marino, que se llamaba O’Mugha, siempre volvía a casa sano y salvo. La razón de sus felices regresos era que aplicaba una técnica muy parecida a la que aplicaran en su momento, aunque en ámbito nemoroso, los temibles Hänsel y Gretel, o lo que es lo mismo Juanito y Margarita. O’Mugha, y aquí cito al gallego, «sacaba de su boca palabras en forma de bolas de colores, las dejaba sobre las olas y, cuando hacía el viaje de vuelta, aún las bolas estaban donde las había posado, las recogía y convirtiéndolas en palabras las volvía a la boca.» Me gusta pensar en la actitud mansa y paciente de las palabras flotando en alta mar. Me gusta pensar que aguardan por su dueño y que, además, al volver a su boca natal su significado ha medrado, tienen un gusto salobre y marean en el paladar.

23 de octubre de 2012

Epazote


A pesar de los años, todavía es fácil constatar por qué los europeos en su momento pensaban que la Tierra era plana. Hoy conocí a una señora catalana, dueña de un herbolario, que se sorprendió de la existencia del epazote. Entré a su tienda y le pregunté por la planta, y su primera reacción fue de extrañeza, como si yo hubiera bajado de una nave espacial procedente de otro planeta y le preguntara en una lengua incomprensible por algo que su enciclopedia cognitiva no contemplaba. Al volver en sí me pidió detalles, y se los di; incluso pude extenderme hasta la etimología. Animada por mi descripción dijo “qué emoción” y fue en busca de un libro gordo donde ella conjeturaba, con cierta duda, que podía figurar el epazote. En efecto, ahí estaba. Leyó rápidamente y me dijo algo desconcertante: Es para los parásitos. Le dije que no siempre, que en México y en muchos países latinoamericanos se usa como hierba aromática en la preparación de algunos platillos, que de hecho la quería para preparar un caldo tlalpeño, pero igual no comprendía cómo podía usarse un purgante en una sopa. Le dije que se usaba igual que el laurel: una hoja o dos según el gusto de cada cual para alegrar la nariz del comensal. Lo pensó por un momento y llegó a una segunda conclusión aún más desconcertante: Seguramente los mexicanos tienen parásitos y para mantenerlos a raya usan esta hierba como ingrediente de sus alimentos cotidianos. Acto seguido pasó a hacerme una lista de los herbolarios donde tal vez podían tener uno de los especímenes que buscaba. Ella bien sabía que en esos lugares podían encontrarse plantas exóticas, así que era probable que tuvieran al menos una del modesto epazote. Le di las gracias y me marché pensando en que era una fortuna tener chile chipotle en casa y sintiendo un poco como si hubiera ido a comprar un ingrediente para una pócima mágica.

Bueno


No comprendo ni cómo ni por qué se ha difundido la idea de la «competitividad» como un fin digno de ser perseguido. En empresas privadas y del Estado, en el mundo deportivo, en la esfera política y en la económica, incluso en el ámbito científico, ser competitivo es el desideratum. A mí me parece que es una idea apropiada si la meta es alcanzar un bienestar para sí. En cambio, si la meta es alcanzar el bienestar común, entonces es una idea equivocada. Si queremos ese bienestar (el de todos) creo que es preferible y conveniente cooperar en lugar de competir, porque, en definitiva, lo interesante no es ser el mejor, sino hacer algo para que la vida con el Otro sea buena.

21 de octubre de 2012

Ricardo


Hace unos momentos leí una nota sobre el próximo disco del baladista venezolano Ricardo Montaner (hay que leer de todo ¿no?). Sin ánimos de disculparme ante los estetas, la leí porque me llamó la atención el nombre del disco: «Viajero frecuente». Ignoro si fue el mismo Montaner quien lo escogiera o su equipo de producción, pero no puedo evitar reconocer que es un nombre estupendo. No por el contenido del disco (no lo he escuchado y es poco probable que lo haga porque la balada romántica es un género por el que no suelo pasar), lo que me gusta es el sentido que gana la expresión cuando se la extrae de su rejilla de especificación (el término es de Foucault) o, si se quiere, de su contexto habitual. Yo, a veces, hago este tipo de juego semiótico solamente por divertimento cogitativo o más bien por pura y simple gimnasia hermenéutica. Mi favorita es una frase que todavía usan las tiendas en tiempos de rebajas: «Hasta agotarse la existencia.» Creo que además de aplicarse a la mercadería, puede aplicarse al amor, y si subrepticiamente la mezcláramos con las frases que usara, por ejemplo, el joven Werther nadie notaría la alteración. Seguramente Ricardo y yo estaríamos muy de acuerdo en esto.

20 de octubre de 2012

Patético


Si comparamos lo que hace un médico o un ingeniero o un psicólogo con lo que hace un futbolista, indudablemente llegaríamos a la conclusión de que este último merece ganar cien veces más que los dos primeros. ¿Por qué? Básicamente porque el futbolista es patético en el sentido literal del término, es decir, su actividad es capaz de mover y agitar el ánimo infundiéndole afectos vehementes. Aunque a veces puede causar dolor, tristeza o melancolía, por lo general produce euforia y me atrevería a decir que felicidad. Además, y esto creo que es lo más importante, el futbolista entretiene al espectador, o sea, lo distrae de la realidad que a veces es tan dura y tan cruel.  Esto, repito, se ha de pagar bien. Un ingeniero, en cambio, solo alivia ligeramente la dureza y crueldad de la vida. Por ejemplo, une el borde de un risco con otro para que no tengamos que bajar hasta el valle y luego subir a la cima. Un médico nos receta una medicación que alivia una cefalea cuando la realidad de marras nos atormenta, pero el alivio no nos distrae de esa realidad. Finalmente, el psicólogo, que es el peor de todos, según sea su perspectiva, nos dice «debes aceptar la dura y cruel realidad» o, más aún, «aun cuando la realidad sea dura y cruel debes afrontarla con optimismo.» Me temo que el futbolista sigue ganando porque su motto es más bien simple: «Si me miras durante 90 minutos no habrá realidad ni dura ni cruel ni real que te distraiga.»

19 de octubre de 2012

Epitafio


Hace unos minutos leí un artículo que publicara el Staff de DownBeat con fecha 27 de agosto de 1964, como tributo a Eric Dolphy. Mientras leía escuchaba «Stormy weather», tal como la grabara Dolphy con Ted Curson, Charles Mingus y Dannie Richmond cuatro años antes de su repentina y prematura muerte. Cuando leí las palabras que Coltrane dedicara a su amigo, me dije: Ojalá alguien pueda decir algo por mí tan bonito como eso; pero inmediatamente pensé esto otro: No reúno los méritos de Dolphy, así que no hay 'ojalá' que valga. Estas son las palabras de Coltrane: «Whatever I’d say would be an understatement. I can only say my life was much better by knowing him. He was one of the greatest people I’ve ever known, as a man, a friend, and a musician.» [Cualquier cosa que dijera sería un eufemismo. Sólo puedo decir que mi vida fue mucho mejor por haberle conocido. Fue una de las mejores personas que jamás conocí, como hombre, como amigo y como músico]. 

18 de octubre de 2012

Nada

«El lenguaje sueña. El espíritu crítico no puede nada contra eso.» [Gastón Bachelard. (1957/2000). La poética del espacio. México: Fondo de Cultura Económica. (§1, p.182)].

Sinsentido


La expresión «Distribución de la riqueza» carece de sentido.

Actual


Hace ya varios años atrás, durante un evento público de tipo académico, un estudiante me formuló la siguiente pregunta: «¿Carlos, te consideras un psicólogo social postmoderno?» Yo, forzando un poco mi circunspección para guardar las formas y no mostrar una sonrisa imprudente, le respondí «No», y agregué esto otro: «Me considero un psicólogo social actual.» Creo que si hoy me preguntaran si soy un psicólogo social crítico, daría la misma respuesta. ¿Por qué? Pues porque la noción de crítica lleva en sí el germen del límite; de hecho, criticar es determinar, establecer, distinguir los límites del ser. Cuando alguien critica en realidad está diciendo Esto llega hasta aquí. Algún crítico dirá que una crítica también puede sugerir un más allá. Puede, pero el resultado es el mismo: solo está moviendo la frontera que ya entrevió. Así las cosas, en lugar de criticar o de ser un psicólogo social crítico, prefiero especular en el presente sobre la base de lo que acontece entre la gente y entre las cosas, y entre éstas y aquéllas. La especulación nada tiene que ver con los límites; todo lo contrario, por lo general los rebasa o simplemente los ignora. El psicólogo social especulativo siempre tiene presente que las relaciones intersubjetivas e interobjetivas pueden ir hacia cualquier lado, proliferar, transformarse y, también, pueden hacer todo lo contrario, y las fronteras entre una cosa y la otra no son ni borrosas ni fractales ni rizomáticas nada más, sino que pueden compartir la estabilidad que tienen los bordes de las nubes o la línea del mar sobre la arena de la playa o asumir la geometría funcional de los organigramas y el ordenamiento kafkiano de las burocracias.

15 de octubre de 2012

Independencia


De los muchos argumentos que se esgrimen en contra de la independencia de Cataluña hay uno que me hace gracia y que me atrevo a resumir de la siguiente manera: La independencia no es posible porque es ilegal. ¿Qué clase de argumento es este? La independencia significa, precisamente, romper con el vínculo legal que mantiene unida una región a otra, y fundar otro orden. Es absurdo pensar en alguna Constitución que contemple una salida legal a la voluntad nacionalista de una región determinada; entendiendo por salida que esa región pueda fundar un Estado independiente y soberano. Si una Constitución así existiera, tendríamos, como dicen los de Ikea, una república independiente en cada casa.

14 de octubre de 2012

Perfectos

Buffy Saint Marie escribió una canción que puede partir el corazón de cualquiera. Se llama «Until it’s time for you to go» [Hasta que sea la hora de que te vayas]. Hay dos versos de esta canción que son simple y llanamente perfectos: «I was an oak. Now I’m a willow» [Era un roble; ahora soy un sauce]. Eso.

12 de octubre de 2012

12


Cada 12 de octubre es tópico de ciertas posiciones de izquierda despotricar por las cosas terribles que hicieron los españoles cuando llegaron a las tierras donde nací. Confieso que tengo mis reservas para con este tipo de iniciativas. Digo, prefiero invertir energías en hacer llevadera la convivencia actual y sostenible de cara al futuro que empeñarme en recordar un pasado que siempre se refiere de manera parcial. Si me apuran, resumiría lo sucedido así: Llegaron los españoles y mataron a muchos de los aborígenes de entonces. Algunos sobrevivieron a no pocas calamidades y con el tiempo los invasores trajeron a gentes africanas en calidad de esclavos. También llegaron otros europeos a matar nativos y a repartirse el botín; asiáticos hubo pocos. Paulatinamente, estos individuos, entre conflicto y conflicto, se fueron mezclando. Los mezclados comenzaron a sentirse parte de la tierra donde habían nacido, lograron un cierto nivel de organización y, luego de librar varias batallas, se independizaron del imperio ibérico (más tarde algunos lo harían del británico y del galo; aunque no del todo). El resultado es el continente que ahora tenemos. A pesar de este origen, hay personas que hoy, en perfecto castellano, con piel blanca y apellidados Martínez o Rodríguez le reclaman al español por su actuación de hace poco más de 500 años atrás y asumen una ascendencia aborigen que no poseen. Incluso sé de gentes que viniendo de América y habiendo fijado su residencia permanente en España (con nacionalización española incluida), cada 12 de octubre sacan a relucir la americaneidad que traicionaron y acusan al español de genocidio ¿Quién entiende esto?

11 de octubre de 2012

Buena


No hay que engañarse, en el mundo, hoy, no prevalece la mala voluntad. Gente buena sobra. Afortunadamente, tengo cerca a gente así.

9 de octubre de 2012

Genio


Hoy en Reus vi la cama donde dormía Gaudi. Estaba tan malograda, era tan precaria que me dije: El secreto del genio consiste en poder dormir bien en una cama mala.

8 de octubre de 2012

Menú


Pienso que hoy estaría bien una ensalada verde de primero, y, de segundo, unos escalopes con guarnición de puré de patatas. Cuando la política demuestra una vez más ser un verdadero desastre y la ciencia se mueve entre la ortodoxia y la burocracia, no hay nada más seguro que el menú de mediodía.

7 de octubre de 2012

Mojado


Chávez ha sido reelecto por cuarta vez presidente de Venezuela. Cuando escribí esta nota había obtenido 7.444.062 votos; su opositor, 6.151.544. Esto es un 54,42% contra un 44,97%. Sin embargo, el ganador con el tamaño de boca que lo caracteriza ha llamado a sus electores «el pueblo», es decir, ha borrado del escenario a 6 millones de personas que no comulgan con su proyecto. Según él, los opositores deben salir de «ese estado mental y anímico que les ha llevado a desconocer lo bueno que ocurre en esta patria». Dicho de otra manera, para él los opositores son unos obnubilados y absurdamente le cuestionan su bondad, nunca su pésima calidad como estadista. No reconocer esa mitad que le cuestiona, es animar la polarización que durante 14 años ha venido diezmando la esfera psicopolítica venezolana. Para mí, si tomo como referencia lo que acaba de decir desde su balcón, serán 6 años más (20 en total) de llover sobre mojado.

Utopía


He pasado la noche en vela esperando los resultados electorales. Finalmente, ganó el que no esperaba que ganara. Es la cuarta vez que lo logra y en adelante ya no creo que abandone el poder. Se quedará allí, no porque quiere sino porque hay millones de personas que le quieren allí. Si bien prefiero las posiciones plurales y la tolerancia a la diferencia, debo decir que no comparto la posición de esas personas; tampoco la posición de los que se oponían. La razón es simple: pienso que los líderes son innecesarios. En mi utopía personal, imagino un mundo sin naciones y sin fronteras, pero sobre todo sin líderes ni banderas. Lamentablemente, esa utopía queda lejos. Muchas personas siguen pensando que deben ser guiadas por alguien y muchas personas creen estar llamadas a guiar a otras. Mientras eso sea así, seguirán los líderes, las banderas, las naciones y las fronteras.

2 de octubre de 2012

30 de septiembre de 2012

Náuatl

Acabo de enterarme de algo extraordinario y ciertamente muy bonito: Náuatl significa «el buen sonido.» Creo que es el significado perfecto para un invento que comunica a una persona con otra.

29 de septiembre de 2012

Embrujo


En los tres últimos días dos temas me han tenido literalmente embrujado: Glad Rag Doll interpretado por Diana Krall y Where Do You Start? interpretado por Brad Mehldau. Puede que suene superfluo y acaso cursi, pero me cuesta no pensar y sentir que este tipo de cosas hacen que el mundo sea mejor y la vida resulte más llevadera.

28 de septiembre de 2012

Click


Siempre me ha parecido raro que alguien quiera ser árbitro de fútbol. Lo habitual es querer hacer un gol o ayudar a hacerlo; no lo es vigilar para que los que quieren jugar cumplan cabalmente las reglas del juego. Lo mismo me sucede con las personas que quieren ser policías o militares. Sentir ganas de estar uniformado, seguir órdenes, dar órdenes, entrenarse para usar un arma contra otra persona, usarla… me parece un sentimiento avieso que, insisto, no comprendo. Hace un par de días, en Madrid, cientos de personas se congregaron para exigir públicamente a los gobernantes que pensaran en alternativas gubernamentales que no hicieran sufrir a las personas. A cambio, esos gobernantes hicieron la vista gorda (vi  una noticia que decía «la sesión se desarrolló con perfecta normalidad»), y dejaron todo a la policía, que respondió con porrazos. De los gobernantes no diré nada, pero, me pregunto, ¿qué pasa por la cabeza de un policía cuando tiene ante sí a un ciudadano que pide justicia social? ¿qué hace click en su voluntad para que se decida por la porra y no por la disuasión o, mejor todavía, por el diálogo comprensivo y solidario?

Contraseña


Hace unos días iba en el metro y entre Quevedo y Sol se subió un hombre de unos 30 años de edad. Llevaba en la mano un instrumento de cuerdas e inmediatamente conjeturé que cantaría una canción a cambio de algunas monedas. Se paró muy cerca de mí y pude constatar que el instrumento que se disponía a tocar era nada más y nada menos que un cuatro, y, más sorprendente todavía, la canción que comenzó a cantar era «Alma llanera», el segundo himno nacional venezolano. La verdad me conmovió su interpretación que, justo es decirlo, no tuvo nada de virtuosa. Mi reacción seguramente se debió a la coincidencia de sentido en un lugar como ese. Acabó de cantar, le di una moneda y le dije «¡Chévere» como quien dice una contraseña. Me dio las gracias con un gesto entre cómplice y solidario y se marchó a otro vagón.

22 de septiembre de 2012

Rata


Estaba releyendo una de las cartas que le escribiera Myrna Minkoff al insufrible pero hilarante Ignatius J. Reilly y me topé con unas palabras desternillantes aunque no por ello menos precisas. Las transcribo a continuación porque además tienen resonancias personales. Aclaro que Myrna le contaba a Ignatius sobre una persona que había tomado por una y resultó ser otra, de allí la alegoría de la ardilla y la rata. De la idea que tuvo a partir de su encuentro con el farsante hablaré otro día. Va la cita: 
The incident reminded me of the time in Poe Park when this squirrel I was feeding turned out to really be a rat which at first glance could have passed for a squirrel any day. So live and learn. This phony gave me an idea. You can always learn something from crumbs.

Poco

«Quien sabe escribir un poco puede dibujar un jardín.» (Michel Serres)

21 de septiembre de 2012

Pudor


No tengo corazón para ciertas formas del exhibicionismo. No sé si por romántico o por pacato prefiero que se conserve un mínimo de pudor. Sé que los códigos del recato o de lo que se conoce como buenos modales han sido erróneamente utilizados como dispositivos de control. Sin embargo y más acá de esos extremos, pienso que es bonito dejar un cierto margen para la imaginación y, si es posible, para la sorpresa. La transparencia del ser, en ciertas ocasiones, puede resultar no sólo perturbadora, sino que en el plano relacional fuerza una solución de continuidad del tipo «Y a partir de aquí ¿qué?». Si el universo se dedicara a confesar sus pormenores los espíritus curiosos, los estetas, literatos, aventureros, científicos y poetas morirían de tristeza, y la tierra seguiría siendo plana, un mustio y lóbrego planeta.

20 de septiembre de 2012

Superstición


Borges tenía la ventaja de ser una superstición de los argentinos; yo, en cambio, soy mi propia superstición y aún no sé si esta sea una condición ventajosa. Creo fervientemente en la suerte; sobre todo en la mala. Así que procuro agenciarme uno que otro amuleto. Son muy útiles y producen cierto sosiego y cierto aplomo para, por un lado, enfrentar las fuerzas siempre misteriosas, siempre imprevisibles, del mal y, por el otro,  esperar que el azar me favorezca por la vía de la lotería o de algún pago inesperado o de una luz verde oportuna o de la llegada a tiempo del tren o de un día tibio y despejado para subir a la montaña.

19 de septiembre de 2012

Suscripción

Esto es lo que decía Borges sobre la revolución:

Creo en la revolución y estoy aguardando a que se produzca. En la revolución (que aguardo) no habrá líderes políticos, ni habrá propaganda ni banderas. Cuando me dicen que se ha producido una nueva revolución yo siempre pregunto: «¿Y tiene una bandera esa revolución?» Y cuando me dicen que sí la tiene, sé que ésa no es mi revolución.

Suscribo sus palabras. 

17 de septiembre de 2012

12 de septiembre de 2012

Destino


Lo fascinante del destino no es que exista, sino que se cumpla. Lo fascinante del cumplimiento no es que ocurra, sino que sea exacto.

11 de septiembre de 2012

Especioso


Digamos que existe una fuente de prestigio que, por ser tal, genera entidades prestigiosas. Digamos que por un defecto del sistema una de esas entidades obtiene el prestigio sin merecerlo. ¿Qué ocurriría con la fuente y con el resto de los productos probadamente prestigiosos si esa falsedad no logra ser descubierta o aquellos que la han descubierto no logran que la fuente rectifique ni logran que el farsante renuncie a un prestigio que no merece?

10 de septiembre de 2012

Siempre

Siempre he sido un pésimo optimista.

Típico


Hace poco una española revisó un borrador que escribí sobre una técnica de recolección de información. Si bien considero que sus competencias académicas están por encima del standard, es decir, por encima de las mías, a veces me dice cosas que la verdad me desconciertan. En esta ocasión, tachó en mi texto la palabra lineamientos y la substituyó por la palabra consideraciones. Cito el argumento que le sirvió de base para tomar esa decisión: «Esta palabra [lineamiento] se comprende poco en Español; podría entenderse como líneas generales.» Ya van varias veces que lectores españoles me hacen sugerencias similares con argumentos análogos. Mi conclusión, tal vez exagerada, es que no conozco suficiente el idioma que ellos hablan y que no están dispuestos a comprenderme sino a corregirme. Siempre creí que hablaba español, pero los españoles me hicieron ver que no manejo bien los términos. Luego los catalanes me hicieron ver que, además de no conocer bien los términos, en realidad yo no hablo español, sino castellano. Hoy, resignado, no temo afirmar que hablo venezolano, idioma que si bien se origina del castellano ya ha dejado de ser tal y va por su propio rumbo. Solo me falta la autoridad para decirle a los españoles que en mi idioma no está bien visto que, por ejemplo, alguien diga subir para arriba o salir para afuera, y cosas por el estilo.

4 de septiembre de 2012

Injusticia


Sé poco de fútbol, pero en España es inevitable enterarse de algunos pormenores que, desde mi punto de vista, nada tienen que ver con la cuestión deportiva en sí. Incluso, diría que el equivalente español del culebrón latinoamericano son las noticias sobre este popular deporte. En estos días el evento más relevante es la tristeza de Cristiano Ronaldo. Aparentemente, el jugador está necesitado de afecto y, según ciertos medios, también quiere un aumento de sueldo. Gana 13 millones de euros por temporada pero, especulan las fuentes, esto le resulta insuficiente. Los rumores apuntan hacia una inminente renuncia al Real Madrid, pero eso está por confirmarse. De momento, pienso que la tristeza de Ronaldo es un signo más de cuán injusto puede ser este mundo o, mejor dicho, de cuán inconforme y voraz puede llegar a ser el ser humano.

3 de septiembre de 2012

14


Recientemente, se ha sumado al ínclito grupo de trece seguidores y seguidoras de este blog una mujer cuya perspicacia es análoga al tamaño de su sonrisa. Bienvenida sea la catorce.

2 de septiembre de 2012

Ciudadano


Comenzando los años 40 del siglo pasado Filippini y Morbelli compusieron un tema llamado «Zonzo». Según mi vago y casi inexistente conocimiento del idioma italiano, la canción habla de un país llamado así, Zonzo, donde todo es felicidad. Es, por supuesto, un país que no hay, y si lo hay las personas de este mundo no lo logran ubicar. Cito el cuarto verso de la primera estrofa: «angolo di Paradiso, chissà dove sei» [Esquina del paraíso que quién sabe dónde está]. Uno escucha esta canción y siente ganas de ser ciudadano de Zonzo; sería, claro está, una ciudadanía imaginaria, pero con lo desgastada que está la real, con aquélla bastaría.

1 de septiembre de 2012

Lluvia


No recuerdo quién decía que la lluvia siempre sucede en el pasado. Creo que no se equivocó. La lluvia es nostálgica por excelencia y, también, tal como dice la gente de Tin Hat, la lluvia es una animal muy apuesto. Soy de un lugar de mucho llover. Entre mi infancia y la lluvia hay un diptongo memorioso que se activa cada vez que llueve. Me veo en la ventana aquella de la casa del Señor Espejo que tenía un suelo verde muy pulido, viendo bajar el torrente de agua por Sixto Díaz. Lanzaba trocitos de papel a ver hasta donde los arrastraba la corriente antes de engullirlos para siempre. Dos veces la lluvia nos dejó sin techo y una vez casi me lleva con ella, mientras yo, ayuno de toda consciencia del peligro, jugaba por los lados de Santa María, también llamada Quebrada Abajo, en medio de una tormenta. Hoy es noche de lluvia en Barcelona, pero estoy en Los Teques.

Independencia


Acabo de ver un anuncio de Jack Daniel’s que traducido dice así: «La libertad es un derecho; la independencia es una opción.» ¿Acaso no es intrigante? En principio, uno esperaría que un fabricante de bebidas alcohólicas, es decir, bebidas que generan dependencia, no se arriesgue a decir algo así. Sin embargo, considerando todos los recursos publicitarios que ponen en práctica los fabricantes de este tipo de productos, en modo alguno es un riesgo. El anuncio juega a la disonancia cognitiva: sabe muy bien que el dependiente opta por la bebida no porque genera dependencia sino porque le proporciona una inestimable ilusión de independencia. Imagino que todo cambiará cuando la independencia, tal como ha sucedido con la libertad, también sea un derecho.

Mudo


Hoy entré a un baño público. Pertenecía a un restaurante de cuyo nombre no quiero acordarme. Mientras me lavaba las manos, leí un letrero puesto justo a la altura de la mirada que decía más o menos esto: Si considera que este baño no está todo lo limpio que usted desea, hágaselo saber al personal de limpieza. Confieso que el escrito me dejó en blanco. Por lo general, infiero de un gesto mínimo como ese algún rasgo cultural o alguna proeza semiótica o alguna exageración por el estilo. Sin embargo, esta vez me quedé mudo. No sé por qué, pero apenas logre tener algo en claro lo haré saber por esta misma vía.

Invisible


Hoy por pura casualidad me enteré de la existencia de una receta para alcanzar la invisibilidad. Los ingredientes no son difíciles de conseguir, pero la preparación me excede, Incluso la sola idea de tomar la dosis necesaria para hacerme invisible me resulta repugnante. No revelaré aquí el contenido de la receta; tampoco la preparación. Sólo diré que yo vengo siendo invisible desde hace mucho tiempo, y para lograr ese resultado no hizo falta ni ese brebaje ni otro prodigio análogo. Con ser el que voy siendo ha sido suficiente.

17 de agosto de 2012

Alma desnuda


Acabo de leer en una nota de la BBC una noticia inquietante, espiritual y en cierto modo hilarante. La noticia es esta: en el próximo concurso de Miss Italia, las candidatas no usarán bikinis. Eso que para los amantes de este tipo de eventos puede parecer un anatema, tiene una razón de peso: es hora de poner en primer plano la belleza interna. En este sentido, además de tapar sus ombligos, las musas italianas recibirán un taller sobre la noción de interior y la de exterior dictado nada más y nada menos que por la nieta de Mahatma Gandhi. Según la organizadora del evento «es más que nunca el tiempo del alma y de la interioridad. […] Las chicas deben entender que más allá de la apariencia hay valores fundamentales.» Esta actitud ha sido secundada por la directora de la RAI, quien ha manifestado que ya es hora de hacer algo en contra del desnudo en la televisión. Como era de esperarse, hay reacciones adversas. El diario Il Giornale, entre cuyos propietarios figura el polémico Silvio Berlusconi, ha denunciado la insensatez e incoherencia de la medida, porque la idea es elegir una italiana con curvas sensuales y piernas inmejorables, y esto vestidas hasta el cuello en modo alguno se logrará. Hay que ver todo para poder optar. Lo cierto es que así están las cosas en las tierras de Virgilio: unos quieren ocultar y otros mostrar acaso olvidando aquellas palabras de Deleuze (¿o eran de Bataille?): el vestido es la verdad de lo desnudo.

16 de agosto de 2012

Continuidad


Me hace gracia la gente que considera que un argumento débil o frágil es un argumento que no se debe tomar en cuenta porque es débil o frágil. Es un poco como creer que una gota y otra y otra no acabarán conformando una estalactita porque no son más que gotas. Lo mismo sucede con las personas que no le dan curso a un diálogo porque el Otro no tomó en cuenta todas las opciones posibles o no incluyó las opciones que esas personas hubieran ofrecido. Es el tipo de posición que suelen sostener los idiotas y los que creen tener un pensamiento y una actitud originales. Tengo para mí que la cosa es muy otra: la debilidad o la fortaleza de un argumento son instancias de continuidad y no la oportunidad para obliterar un intercambio. En el plano dialógico siempre falta algo y, al mismo tiempo, siempre están todos los recursos necesarios para que el intercambio continúe. La carencia, como la debilidad o la fortaleza argumentativas, refuerza el diálogo, no lo imposibilita.

Conjeturas


Si X le ofrece a Z un Bien y Z lo rechaza, ¿qué sucede en Z para que actúe de un modo que cualquiera juzgaría como contrario a la razón?  Se me ocurren varias conjeturas: a) Z no sabe distinguir el Bien cuando se lo ofrecen, lo cual supondría que X no conoce a Z o que Z tiene algo que le impide llevar a buen término ese reconocimiento (otra cultura, ceguera, sordera, enfermedad mental, etc.). b) Z sabe que es un Bien pero prefiere rechazarlo, lo cual le ubicaría inmediatamente en la esfera del Mal. c) Z no se considera digno del Bien que X le ofrece, lo cual le colocaría en la esfera de la humildad, aunque el humilde que rechaza un Bien a sabiendas de que es un Bien se acerca irremediablemente a la esfera de la soberbia. d) Z no confía en X y, por tanto, actúa de acuerdo a los dictados de la suspicacia, cosa que supondría que entre X y Z no hay una relación lo suficientemente significativa como para que el primero le ofrezca un Bien al segundo. Claro, siempre es posible suponer que X, sabiendo de la desconfianza de Z, quiera que éste la supere por la vía de la dádiva bondadosa. Esta suposición ubicaría a X en la esfera de la ingenuidad y a Z en la esfera de la voluntad de poder.

13 de agosto de 2012

Gala


Acabo de leer en El País una estupenda y sobre todo desenfadada entrevista que le hiciera Borja Hermoso al señor Antonio Gala. Quiero citar aquí algunas de sus palabras. Nada más:
«Soy, he sido vulnerable. He sido fácil de herir. He sido fácil, y frágil. He sentido como muy hondas heridas que para otros hubieran pasado inadvertidas.» 
«Yo me opongo a las caídas y soy muy respetuoso con los que se… con los que nos caemos.»
«Prefiero que la gente sea sensible. Si alguien no tiene esa sensibilidad, ¿para qué vamos a tratarnos?»

Justicia


Cuando alguien decide optar por el malestar del Otro en lugar de optar por su bienestar, la sima de la miseria humana se hace cada vez más profunda. Cuando algo así sucede en mi contra, es decir, cuando el Otro soy yo, siento ganas de que exista la justicia divina para que se haga cargo, en algún momento, de aquel que me perjudica. Sin embargo, apenas siento eso, pienso: Si esa justicia es justa y también es divina no se conformará con castigar al malhechor, sino a todo aquel que tenga algo por lo cual deba ser castigado. Entonces guardo silencio y comienzo a desear no que no exista la justicia divina, sino que se compadezca de mí y de las personas perjudiciales, porque el castigo detiene o complica el flujo de la existencia; el perdón, lo facilita.

11 de agosto de 2012

Llanto


En el ámbito deportivo, ganar o perder son los sustitutos activos del ser y la nada respectivamente. En estos días olímpicos, un conjunto misceláneos de hombres y mujeres hacen esfuerzos extraordinarios por evitar lo segundo y aferrarse a lo primero. Pocos lo logran y cuando lo hacen lloran de alegría. Prefiero mil veces ese llanto, copioso e incontenible, que las lágrimas que se derraman por cualquier acto violento. El primero gana ser; las segundas, nada.

8 de agosto de 2012

Curiosidad


Según el primer informe fotográfico del vehículo explorador «Curiosidad», el planeta Marte no es rojo y sus habitantes no son ni verdes ni cabezones. ¡Qué decepción! Espero que esa noticia preliminar cambie y las nuevas imágenes nos den una muestra clara de todo lo que nuestra imaginación ya nos ha adelantado. El sentido de la ficción así lo requiere.

Revolución


¿Qué hace un líder de izquierda cuando el contexto político donde espera que se realicen sus ideas nunca deja de ser adverso? Aplica la Revolución, es decir, cambia de golpe ese contexto, no para que lo favorezca, sino para que ya no exista como era y que nunca más vuelva a existir. En su lugar, digo, en lugar de un contexto político (adverso o converso), produce una extensión de sí mismo, esto es, un espacio donde prevalecen sus ideas y desaparece o se persigue la disidencia (entendida desde el punto de vista del líder como «tú no piensas como yo»). Este modus operandi, con uno que otro matiz, se da de manera análoga en la vida cotidiana. Basta que alguien tenga cierta cuota de poder o crea tener una irrefutable claridad de consciencia para que esa tendencia se manifieste de manera palmaria y, a veces, de manera aplastante.

Propaganda


Un rasgo característico de los regímenes personalistas, totalitarios y nacionalistas es usar el deporte como forma de propaganda. En mi país, donde los deportistas surgen porque se esfuerzan y no porque el sistema les proporciona toda la infraestructura y los implementos necesarios para la práctica deportiva, recientemente el gobierno nacional ha hecho gala de su espíritu propagandístico. Como no somos una gran potencia deportiva, los pocos triunfos se magnifican y se tratan de una manera innecesariamente hiperbólica. Hace unos días, en el marco de los Juegos Olímpicos de Londres 2012, un esgrimista ganó una medalla de oro. Según sé, es la segunda que gana deportista venezolano alguno. La primera la obtuvo un boxeador en los juegos de 1968, es decir hace 44 años atrás. Pues bien, este resultado el presidente venezolano, en plena campaña electoral, lo ha asumido y celebrado por todo lo alto. Organizó un acto solemne en el teatro más importante de la ciudad capital, y allí le entregó al esgrimista una réplica de la espada de Simón Bolívar (regalo que también le hizo a Fidel Castro en otra ocasión) y lo calificó como Héroe Nacional. El deportista, modesto y contrario al espectáculo propagandístico desplegado por el presidente de la república, confesó que nunca imaginó que lo recibirían de esa manera. Además, dijo que el triunfo era producto de un esfuerzo de 20 años de entrenamiento y que todo ello se lo debía a su madre. Felicito su modestia y deploro el melodrama militarista del jefe de estado.

4 de agosto de 2012

Andadas


Por razones que desconozco y que no he intentado conocer, 13 es una cifra que pertenece al ámbito difuso pero fatal de los malos agüeros. Hace poco decía que habíamos vuelto a la docena, cosa que en su momento acepté con resignación y en cierto modo con sabiduría [aquí la lectora debe esbozar una sonrisa de condescendencia]. Ahora nuevamente son 13 los seguidores de Haplofrenia, cosa que demuestra que el 13 a veces tiene sus buenos momentos. Así, pues, le doy otra vez la bienvenida y dejo aquí esta entrada por si acaso vuelve a las andadas.

Moral


Buscando otra cosa en un libro de Thomas De Quincey que lleva el inquietante y a veces incómodo título «Del asesinato considerado como una de las bellas artes», hallé un pie de página que me atrevo a transcribir in extenso:
Kant: quien llevó sus exigencias de veracidad incondicional hasta el extremo extravagante de afirmar que si alguien ve a una persona inocente que huye de un asesino y este último lo interroga, su deber será contestar la verdad y señalar el escondite de la persona inocente, aunque tenga la certeza de que con ello será causa de un asesinato. Y para que no se creyera que tal doctrina se le había escapado en el calor de la controversia, al reprochársela un célebre autor francés, Kant la reiteró solemnemente y expuso sus razones.
Sin comentarios, aunque da qué pensar.

30 de julio de 2012

Autoritarismo


Aunque parezca paradójico, aquel que cree estar en la posición justa no es el que al final le hace bien al Otro. Por lo general, arrincona moralmente a su semejante (a quien, por cierto, considera su diferente) hasta producirle, por un lado, un ineluctable sentimiento de culpa y, por el otro, un profundo conflicto de identidad. El segundo, oprimido por la corrección moral del primero, vive preguntándose constantemente si lo que hace es digno de castigo y debe disculparse por su comportamiento y si eso que cree ser es digno de ser defendido o si es mejor someterlo a una transformación radical o, si eso no funciona, desecharlo definitivamente. En resumen, se ve forzado a dejar de ser lo que es o, mejor dicho, lo que venía siendo. Tristemente, este proceso no es una rareza. Es más común de lo que creemos. Los políticos, los militares, el clero y muchos intelectuales y algunos artistas suelen comportarse de esa manera, y lo hacen sin tener como referente ideológico ni la derecha ni la izquierda. Simplemente creen que son así y actúan en consecuencia.

24 de julio de 2012

Ex-13


Acabo de notar, no sin cierta sorpresa, que Haplofrenia ha perdido un seguidor. Eran 13 y ahora hemos vuelto a 12. No puedo evitar pensar que dije algo que propició esta especie de deserción. Si la culpa ha sido mía, pido perdón. Si la culpa no ha sido mía, entonces le deseo al ex-13 toda la suerte que no tiene esa cifra y que esa suerte le ayude a encontrar un blog mejor que este; sé que sobran. :-)

23 de julio de 2012

Magia


Acabo de leer una reseña de The Book of Abramelin, obra escrita por Abraham von Worms en el año 1608. La reseña está firmada por el señor Ian Rons. Quiero comentar  y a ratos traducir a mi manera su primer párrafo y los dos últimos, porque dan para soñar y regocijarnos del ingenio humano. Dice Rons en el primer párrafo que The Book of Abramelin, como documento histórico, es más bien singular. Escrito con una prosa honesta y sencilla, el libro describe con intensa devoción un trabajo mágico de 18 meses para que el operador entre en contacto con su ángel custodio y con otros ángeles divinos. Este contacto, de hacerse efectivo, proporciona habilidades mágicas como la profecía, la sanación y el acceso a tesoros ocultos. También se logra el control de un cierto número de espíritus malolientes. En los dos últimos párrafos Rons dice esto otro: A pesar de algunos problemas menores como errores tipográficos y una desafortunada falta de información sobre el aceite y las recetas del incienso, es un tomo altamente evocativo e inspirador. Rons se siente muy feliz de creer que Abraham realmente tuvo una experiencia mística parecida a las de incontables místicos a lo largo de la historia. Según él, Abraham ya tiene su lugar aunque sea en el oculto ghetto del esoterismo. Ahora bien, que los magos modernos sean capaces de obtener algo de este libro es otro asunto. La creencia es crucial en la práctica de la magia y, se pregunta Rons, ¿hoy en día quién puede creer seriamente en ángeles con la suficiente fuerza como para suspender la incredulidad racional y experimentar algo similar a lo que experimentó Abraham? Por mi parte, no he movido una sola neurona para dar respuesta a esa pregunta. Mi imaginación, en cambio, aún sigue dándole vueltas a este insólito asunto.

Amistad


Lo que uno piensa para sí y desde sí de cara al Otro casi siempre pertenece al orden de la imprecisión cuando no del desatino. Allí donde creo que soy honesto, el Otro me percibe como sospechoso; allí donde creo ser simple, el Otro me percibe como soberbio. Este proceso se prolonga indefinidamente. Cuando no se lo puede sobrellevar se convierte en intolerancia; cuando se lo sobrelleva con dificultad pero con gusto se llama amistad.

Eventos


Junichiro Tanizaki cada año organizaba excursiones a lugares espléndidos como los bosques de Ishiyama o el estanque del monasterio de Suma. El objetivo de esos viajes era ver la luna de otoño. Creo que Tanizaki sabía muy bien cómo disfrutar de los eventos naturales.

Jardín


«Aquél que podría vivir teniendo un jardín y vive sin tener jardín, y además se queja de vivir sin jardín, comete una gran injusticia.» (Peter Handke)

20 de julio de 2012

Feliz


Un hombre feliz no es el que se siente feliz desde sí y para sí, sino el que hace evidente su felicidad.

17 de julio de 2012

Difícil

La persona difícil de convencer no es la que  dice «no te creo», sino la que siempre prefiere creer otra cosa.

14 de julio de 2012

Timoteo


Acabo de ver el trailer de una película que está por estrenarse. No diré el nombre, pero sí comentaré un poco lo que logré captar de las fragmentos que ofrece el adelanto. Una pareja que no puede tener hijos decide no resignarse, y una noche cualquiera decide concebir uno, pero no por la vía standard. En su lugar, optan por anotar en una libreta cómo les gustaría que fuera ese hijo si llegaran a tenerlo. En cada hoja definen un rasgo. Al final, guardan todas las hojas en una pequeña caja de madera. La cierran y van al jardín, donde la entierran. Durante la noche llueve y de la tierra brota un niño hecho y derecho. Al día siguiente, la pareja nota que hay alguien en una de las habitaciones: es el niño. Se sorprenden y le preguntan quién es. El niño responde: Mi nombre es Timoteo el Verde. Los padres le miran de arriba a abajo y ven que de las pantorrillas de Timoteo brotan unas hojas verdes como si de un arbusto se tratara, y ya no cuento más. No sé si vería esta película, aunque no deja de resultarme interesante esto del niño que no nace de vientre sino de papel y tinta, como los personajes de las novelas. Esperemos el estreno.

12 de julio de 2012

Da Vinci


Yo diría que «Da Vinci» de Nico Gori y Fred Hersch es una maravilla. Aunque la tesitura, el sentido y la instrumentación son diferentes, me hace recordar «Dois Irmaos» de Paulo Moura y Raphael Rabello. Comparaciones aparte, «Da Vinci» es un disco perfectamente audible desde la primera hasta la última pieza. Si pueden, escúchenlo: es un oasis auditivo en medio de todo el ruido político y económico de la crisis.

Lucidez


Ayer me sucedió algo realmente extraño. Una persona a quien llamaré Juanete me dijo, a manera de insulto, «puto suramericano de mierda». Confieso que no me sentí ofendido, sino definido. La calificación denigratoria del término «puto» que encarece significativamente los otros tres términos del enunciado fue certera (y no sé si acertada). Además, la preposición «de» la usó magistralmente, en esta caso denotando la naturaleza de la que, según el ofensor, está hecha mi procedencia geográfica y cultural. Con ello, en un relámpago de sentido, me dejó claro que para él no tengo valor, que estoy mal hecho y que, en fin, soy una persona sin cualidades ni méritos y que por eso, respecto de mí, se toma la licencia de hacer lo que le da la gana. En cierto modo, su expresión tuvo una contundencia tal que casi la tomé como un elogio. Sin embargo, como queda claro, no lo fue. Es decir, tanto su enunciado como el contexto espacial y temporal de su enunciación apuntaban claramente no solo a ponerme en el lugar que ocupo en la sociedad española o, mejor dicho, para ese español en particular (aunque sospecho que Juanete no inventó esa frase), sino  que merezco ser tratado con violencia en un primer momento, luego con vilipendio y al final con indiferencia. Algunos dicen que Juanete no forma parte de las filas de la cordura; yo pienso que a veces tiene grandes momentos de lucidez.

10 de julio de 2012

Trece

Contra todas las previsiones y para desaliento de los pesimistas, Haplofrenia ha alcanzado la misteriosa suma de 13 seguidores. Ahora sí este panadero tiene su docena.

Imaginación


Como ya se sabe, la imaginación gusta mucho de divagar. En una de esas divagaciones, hace tiempo ya, llegué a la conclusión de que sería interesante estudiar física; digo, por un momento pensé en hacer una segunda carrera realmente científica. Quería conocer los mecanismos que le permiten a un ser humano afirmar que existen entidades diminutas que nunca vemos pero que son responsables de lo que conocemos como materia. Luego me enteré de que la mayoría de esos mecanismos eran imaginarios y que los físicos podían tardar años en ver lo que su imaginación, muy adelantada, en algún momento postulaba. Así que me quedé con la psicología que suele estar cerca de las imaginaciones y, por ende, de los mecanismos de los físicos. Sé que si algún miembro de esa rama de la ciencia lee esto seguramente dirá que ni tenía ni tengo idea de lo que es la física. Es cierto: no tenía idea y sigo sin tenerla. No obstante, de vez en cuando la curiosidad me lleva a enterarme de algunas de las cosas que hacen esos señores tan sesudos y tan serios y que, la verdad, no dejan de corroborar eso que acabo de llamar ignorancia, condición que, dicho sea de paso, es lo habitual en mí. De lo último que me he enterado es que unos físicos (seis en total, comandados por el Dr. Peter Higgs, octogenario) han descubierto (o están a punto de descubrir) un Higgs Boson, es decir, una partícula elemental, una cosita infinitesimal que está muy pero muy cerca de no ser nada y que, a pesar de esa condición existencial, es capaz de hacer que otras partículas elementales tengan masa. No sé para qué pueda servir ese tipo de descubrimiento, pero me gusta imaginar a esos bosones, infinitamente pequeños, restregándose entre sí para que, por ejemplo, yo una que otra mañana pueda desayunar unas ricas arepas o unos apetitosos chilaquiles verdes.

7 de julio de 2012

Pedantería


Confieso que no sé nada de Gandhi y que no estoy de humor para consultar Wikipedia para prevenirme de hablar sobre la base de la ignorancia. Sin embargo, voy a correr el riesgo, es decir, comentaré una frase que acabo de leer, firmada por él, porque me parece  un despropósito y, además, me resulta sorpresivamente pedante. La frase es esta:
«Mucha gente, especialmente la ignorante, desea castigarte por decir la verdad, por ser correcto, por ser tú. Nunca te disculpes por ser correcto, o por estar años por delante de tu tiempo. Si estás en lo cierto y lo sabes, que hable tu razón. Incluso si eres una minoría de uno solo, la verdad sigue siendo la verdad.»
Si uno lee esas palabras rápidamente y luego nota que su autor es un hombre cuya fama de sabio pacifista es incuestionable, concluye que se trata de palabras sensatas dignas de ser asumidas o practicadas en la vida cotidiana. Pero una segunda lectura, al menos para mí, revela todo lo contrario. Toda la idea es un monumento a la soledad y al culto del Yo. Primero, esto de gente ignorante me parece excluyente y en el fondo se puede resumir en esta otra frase: El que sabe soy yo. Eso de no disculparse por ser correcto es afín a la indolencia y a la autocomplacencia. Sólo se puede saber si uno está en lo cierto si Otro refrenda tus argumentos. Tener razón solamente desde sí es no tener razón. En este sentido, eso de saber que uno está en lo cierto sobre la base de lo que dice la razón de uno es puro onanismo intelectual del tipo yo me conozco y yo me entiendo y no me importa si me conoces o no, si me entiendes o no. Lo mismo aplica para las dos oraciones finales. Saberse solo y, al mismo tiempo, creer que se es dueño de la verdad es una aporía psicosocial porque, insisto, una verdad para ser tal necesita de un Otro que la corrobore; es un resultado relacional y no individual. Sin ánimos de exagerar, esta idea de Gandhi puede encontrarse en el pensamiento de los ególatras, de los autócratas, de los autoritarios y de los megalómanos. Los que vivieron los tiempos de Franco en España y los que viven los tiempos de Chávez en Venezuela, por decir solo dos ejemplos, entenderán perfectamente lo que digo.

5 de julio de 2012

Apología


Siempre he creído que las telenovelas, mal llamadas culebrones, han sido injustamente vilipendiadas. Creo que pocos productos culturales pueden jactarse de tener como materia prima la humana pasión en su máxima expresión. Incluso, las telenovelas hacen que uno se sienta apasionado. No obstante, cuando se trata de admitir públicamente sus virtudes nadie da un paso adelante. Si no se recula, se critica dura y amargamente a este indefenso género. Digo indefenso porque la telenovela no tiene argumentos para rebatir las acusaciones en su contra. Si alguien, por ejemplo, le dice que es cursi, la telenovela no puede sino admitir que lo es. Ahora, esa admisión en modo alguno tiene que ver con una especie de claudicación. Tiene que ver con un desinterés frontal por enfrascarse en discusiones  inútiles. A la telenovela no le interesa la razón; tampoco le interesa tenerla. Lo importante para la telenovela es sentir. Si en algún momento algún personaje desarrolla una línea de razonamientos o urde algún plan malévolo, lo hace porque hay en él un sentimiento que le motiva y le guía. Estoy convencido de que esta predilección por el sentir es lo que engancha a los telespectadores. Sin embargo, repito, pocos están dispuestos a admitirlo; digo, que están enganchados a una telenovela en particular. Ante la crítica, guardan silencio y, como ya se sabe, el que calla otorga. Todo este palabrerío apologético viene al caso a propósito del reciente resultado de las elecciones presidenciales en México y los cuestionamientos basados en el hecho de que el ganador está casado con una actriz de telenovelas. Aparentemente, según las críticas que he leído, el curriculum de esa señora no es lo suficientemente virtuoso para ejercer de primera dama de la república mexicana, y su invirtud estriba en que fue entre otras cosas Marcia Montenegro en Mariana de la Noche o Teresa Hernández García en Destilando amor; villana la primera, heroína la segunda. Yo por el contrario pienso que si una actriz que ha dedicado su vida profesional a representar y despertar pasiones decide incursionar en la política está tomando la más coherente de las decisiones. Un político se dedica precisamente a despertar en el pueblo afectos a los que luego no corresponderá, y a pesar de su inconsecuencia actúa como si no pasara nada o, peor, como si estuviera cumpliendo lo que prometió. Dicho de otra manera, hace de su ejercicio profesional un acto telenovelesco. En este sentido, sería igualmente coherente que los presidentes una vez que abandonaran su cargo, incursionaran en la actuación dramática porque su formación política sería un soporte sólido para el desarrollo de esta segunda carrera. No sé, a mí me parece que en los próximos seis años los mexicanos para entender, o mejor dicho sentir, los programas gubernamentales no necesitarán hacer un análisis sesudo, sino recuperar el acervo telenovelístico que en su país es muy nutrido.

4 de julio de 2012

Levántate

Me gusta cuando la vida cotidiana me da sorpresas semióticas. Venía yo en el 24 rumbo a casa. Era la hora pico, así que el autobús se movía lentamente. Mientras, yo distraídamente veía por la ventana el resto de los coches que hacían lo propio. De pronto, veo una ambulancia con las siguientes palabras escritas en uno de sus laterales: «Ambulancias Lázaro». No pude evitar sonreír y pensar que con ese nombre esa ambulancia siempre se mueve dentro de los márgenes de un milagro o a lo sumo sus paramédicos siempre albergan la esperanza de que en los casos fatales el accidentado se levante y ande.

Helado


Las formas que adoptan las compensaciones metafísicas son imprevisibles y, por lo general, difíciles de comprender. De un tiempo a esta parte, emiten por TV un comercial cuyo sentido no deja de perturbarme e invariablemente me hace sentir que esas compensaciones se reparten de manera desigual e injusta. En este comercial que les digo un futbolista famoso está sentado en una banca pública. De pronto una voz en off, que inmediatamente asociamos con Dios, le invita a pedir un deseo. Esa invitación, viniendo de un ser que suponemos omnipotente implica, por lo tanto, que el deseo del futbolista habrá de cumplirse ipso facto, y en efecto así sucede. Pero eso no es lo interesante, sino el deseo que ese hombre formula. Con una sonrisa boba y con una voz chata, nasal, ayuna de toda impostación, el futbolista pide helados para todos. Cada vez que le oigo pedir eso, pienso esto solamente lo puede pedir una persona que lo tiene todo y que, al mismo tiempo, vive en una burbuja regida por una especie de apercepción analógica invertida. Me explico, este futbolista tiene todo lo que una persona de 28 años (y también una que no sea tan joven) pudiera desear: fama, dinero, un trabajo que al mismo tiempo es un juego, afectos positivos profundos e intensos que nutren su existencia (lo quieren los suyos y también toda una nación), etc. Esto, en resumen, significa que ya no tiene nada qué pedir para sí. Sin embargo, a la hora de pedir para los demás no pide que tengan todo lo que él tiene, o estados superiores y abstractos como la paz mundial, no, él pide una cosa que cualquiera puede tener: un helado. Una justificación lógica de esa petición sería que si pidiera que todos tuvieran tanto como él, Dios en modo alguno participaría en la generación de un chiste tan cruel como el chiste del comercial. Seguramente, este futbolista de apariencia apacible y bonachona, fuera del mundo ficticio del anuncio pide para sus adentros que todos tengamos la suerte que él ha tenido, pero de momento sigo pensando que a la hora de pedir para nosotros, al menos en la esfera de la ficción, pide mal y poco.

1 de julio de 2012

Anti-decepción


Insomne quién sabe por qué, me he enterado de los resultados preliminares de los comicios electorales que apenas se realizan en México. La fuente, no sé si confiable, es «Google: Política y Elecciones». En esta página aparece un mapa del país norteamericano con los estados coloreados según el candidato que obtuvo la mayoría de votos. Curiosamente, hay una clara división entre el norte y el sur. En los estados norteños ganó Enrique Peña Nieto. En los estados del sur, excepto Chiapas, el ganador ha sido Andrés Manuel López Obrador. Puesto que esta división no es simétrica, Peña Nieto se perfila como el próximo presidente de los mexicanos. Sé de gente a quienes este resultado les decepciona, indigna y entristece. A ellos les digo, por modo de consuelo, que la verdadera política es la que hace cada quien en su entorno inmediato. La otra, la decepcionante, es impersonal, distante e indiferente, como los astros y los vegetales. Así que ahora y en adelante sólo queda actuar bien y de cerca, no para que lo lejano cambie, sino para que las inmediaciones poco a poco mejoren y hagan que la vida concreta —la vida de uno— sea más llevadera.