22 de mayo de 2011

Ingenuidad

En la mitología política, el Bien siempre ha estado representado por el horizonte de posibilidades de transformaciones que promete la izquierda y el Mal por los excesos de exclusión y conservadurismo que comete la derecha. En la realidad política, el Mal está representado por los errores prácticos cometidos por la izquierda cuando está en el poder y el Bien por la calma que genera en la población la demagogia vulgar y descarada de la derecha cuando aspira al poder. Por lo general, las personas se ilusionan con la izquierda pero casi nunca le dan la oportunidad de gobernar. Cuando lo hacen, la izquierda, bienintencionada pero mal adiestrada en asuntos gubernamentales, les decepciona y corren a refugiarse en el infierno paranoide y racista de la derecha. Hoy, en España, este proceso se ha repetido de una manera ejemplar. El partido socialista que ya lleva años en el poder, ha sido castigado por la población electoral que ha hecho ganar a la derecha con una contundencia que no deja lugar a dudas. Aparentemente, las personas esperan que con la derecha, tal como lo ha prometido, el índice de desempleo no sólo se reduzca, sino que desaparezca; que los autónomos se enriquezcan y que, en general, la vida sea buena y feliz, es decir, todo lo contrario de la vida en tiempos de izquierda. Espero que el precio de esta esperanza, tan parecida a la ingenuidad, no sea demasiado alto para la sociedad española.

2 comentarios:

  1. Hola Carlos
    Me ha encantado esto que escribes, me parece una excelente y concisa descripción de lo que ha pasado en España. Ya veremos cual es el precio a pagar por parte de la gente española.

    Si me permites, voy a twittear tu post.

    Soy Adriana, saludos a Karlita y a la beba!!

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  2. Hola Adriana,
    No sabía que leías mi blog. En realidad, no sé si alguien lo lee. Igual, gracias por el comentario. No sé si mi texto es todo lo que dices; sí sé que el horizonte político de España, tomando en cuenta la orientación electoral, se inclina peligrosamente hacia la derecha. Eso significa, entre otras cosas, que personas como tú o como yo pronto dejaremos de ser bienvenidas por estas tierras.
    Ya daré tus saludos,
    Un abrazo,
    C.

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