8 de marzo de 2014

Viento

Cuando en el mundo estemos dispuestos a celebrar el Día Internacional del Ser Humano, me sumaré sin reticencias. Incluso, estaré dispuesto a apoyar y participar activamente en lo que se me ocurre llamar proselitismo humanista. Sé que esto suena a cursilería utópica y que no está claro qué es eso de “ser humano” así como tampoco eso de “humanista”, pero no me importa. Estoy un poco harto de las vindicaciones estancas: a cada quien sus derechos; a cada quien su día. Ya es hora de que celebremos el carácter común del mundo, que el derecho sea para todos, que celebremos el día de todos o que todos los días sean los días del mundo y no de esta o aquella entidad particular. Sé que esta manera de pensar pone los pelos de punta a los luchadores sociales y a los incondicionales de la justicia focalizada, pero, insisto, no me importa. Lo que me importa es decirlo, como quien sabe que las palabras se las lleva el viento y que el viento está en todas partes (en este caso sería viento digital, pero viento igual).

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