29 de marzo de 2013

Locura


Dos países de este mundo están convencidos —o al menos así lo parece por sus acciones—, que es necesario atacarse mutuamente con bombas nucleares. Es decir, piensan que la aniquilación mutua es una opción plausible. El resto del mundo observa y difunde la noticia, aunque estoy seguro de que a la hora del primer ataque comenzarán a manifestarse las alianzas no para detener esa locura, sino para sumarse a ella. No creo equivocarme si afirmo que ese es uno de los lados más tristes del ser humano. Pudiendo obrar para salvar vidas y para mejorar sustancialmente las condiciones de los vivos, invierte un esfuerzo importante en hacer todo lo contrario.

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