8 de junio de 2013

Viceversa


De un tiempo a esta parte ha habido una tendencia creciente y casi compulsiva a exigir a los investigadores de habla castellana publicar en inglés. Aparentemente, algunos españoles y también algunos latinoamericanos creen que la calidad de un artículo debe ser definida por alguien que no domina el castellano, pero que se da cuenta casi inmediatamente que el autor o autora no domina el inglés. Dicho brevemente, según esos españoles y latinoamericanos, un científico angloparlante es el juez perfecto para determinar cuán bueno es un texto de un castellanohablante y, sobre todo, si es digno de ser publicado en alguna de sus revistas que, por lo general, solo leen sus colegas anglosajones y algunos castellanohablantes cuando se enteran de que su artículo, luego de un largo proceso de devoluciones y de correcciones "porque el inglés no es del todo correcto", al fin cruzó el umbral del impacto académico. Si en mis manos estuviera promovería entre mis colegas el ejercicio de la dignidad idiomática y cultural. Bueno sería que se invierta la relación: el gringo sudando papers para que sean publicados en nuestro idioma porque de lo contrario su universidad no lo considerará un científico competitivo. Sueños.

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