8 de abril de 2014

Voluntad

Hace unas semanas vi un partido de fútbol que en México es considerado un clásico, Águilas de América vs. Chivas de Guadalajara. Dicho rápidamente, los primeros hicieron cuatro goles y los segundos ninguno. Pero esto no fue lo que me llamó la atención, sino la intención palmaria de lavarle la cara al espectáculo luego de las atrocidades cometidas por los seguidores de las Chivas. Días antes, las barras bravas de Guadalajara protagonizaron una especie de arrebato de violencia donde acabaron asesinando a un policía e hiriendo gravemente a unos cuantos más. Todo el mundo puso el grito en el cielo, hubo detenciones, acusaciones, golpes de pecho y unos días después, durante la realización del clásico, todo estaba arreglado: se prohibieron las barras bravas, antes de entrar al estadio unos militares revisaron exhaustivamente a los aficionados y los locutores una y otra vez afirmaban que se trataba de un espectáculo pacífico, donde los partidarios podían disfrutar sin agredirse los unos a los otros. No creo que sea prudente cuestionar esta confluencias de voluntades a favor de un negocio tan importante como el fútbol. Digo más bien que sería bueno que esa coalición por la paz y el buen funcionamiento de los colectivos en torno a un evento que la verdad no es de mucha utilidad, se canalizara hacia otras necesidades y problemas más urgentes. Creo que el éxito estaría garantizado; sólo falta voluntad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario