10 de noviembre de 2014

Lujo

Hoy un estudiante me decía amablemente que había una relación inversa entre las expectativas que yo tenía para con él y lo que él podía “dar”. Mientras yo esperaba mucho, él podía dar poco. He de confesar que su sinceridad me conmovió, pero luego pensé: Esta correlación negativa ¿a dónde nos lleva? La respuesta es más o menos evidente: a lo que Bataille llama un ‘gasto improductivo’, es decir, a un lujo; en este caso un lujo con dos aristas. Ambos gastamos sin producir efectos positivos, sólo que él gasta por defecto y yo por exceso.

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