23 de enero de 2015

TNT

Las formas de la injusticia son múltiples y muchas de ellas imprevisibles. Acaso sea esa tendencia a la imprevisión lo que más afecta. Incluso afecta más que la forma que adopta. Digo esto porque la morfología de la injusticia siempre hace daño. No es posible pensar una situación donde la injusticia nos resulte admisible, tolerable, llevadera. Tan pronto como una injusticia tiene lugar nos sentimos afectados negativamente. Digo negativamente sólo por usar un término aproximativo. La injusticia suele exceder toda negatividad o, mejor dicho, es la negatividad elevada a la potencia n. Pero cuando ocurre de repente, sin que nada indique que algo de esa índole ocurrirá, entonces el efecto negativo es intolerable. Es una mezcla de rabia e impotencia contra la cual no se puede luchar. Es injusticia y sorpresa a la vez, casi como decir respecto del animo es la nitración de tolueno.

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