20 de febrero de 2016

Miedo


Ayer un personaje de una película llamada Zootopia, decía esto: “El miedo siempre funciona”. No pude evitar asociarlo con la situación política, económica y social que desde hace 17 años padece Venezuela. Cientos de analistas han invertido una gran energía cogitativa para comprender lo que sucede en ese país. No sé si han dado en el blanco, pero ese personaje (un cordero, por cierto) acaso sin querer resumió en dos segundo eses tres lustros de desdicha psicosocial. Lo que ha venido funcionando en Venezuela durante todo ese tiempo ha sido, precisamente, el miedo. Chávez enseñó a los venezolanos a tenerle miedo a todo porque él le temía a todo. Solo una persona miedosa invierte tanto dinero en comprar armas para defenderse de enemigos que hasta ahora nadie ha podido ver con claridad (al menos no fuera de su discurso). Solo un miedoso pone al vecino en contra de su vecino. Solo un miedoso decide que para vivir tranquilo es mejor seguir un solo camino y no contempla alternativa alguna de rectificación en caso de equivocación. Igualmente, la política del miedo también es paranoica. Siempre está distinguiendo signos de conspiraciones, conjuras, traiciones, etc. El miedoso, desconfía y la desconfianza es otra de sus fatales enseñanzas. Hay que sospechar; tal es la consigna gubernamental. El miedo, obviamente, es el gran obstáculo para lograr un cambio, porque el miedoso necesita sentirse seguro y el cambio siempre supone un amplio margen de incertidumbre. Así que mejor no cambiar o ver en aquel que propone un cambio a un traidor de marca mayor. El miedoso no resuelve, busca culpables, y cree que identificar la causa de un problema es ya una solución. A los chavistas de hoy, por ejemplo, no les importa que no haya comida, lo que les resulta relevante es afirmar una y otra vez que se trata de una guerra económica y que por eso no hay comida y ya, santo remedio, identificaron la causa, pero ¿y la comida dónde está? El miedo vive mal no tenerlas todas consigo, por eso no entiende la diversidad ni los puntos de vista divergentes. La idea de un gobierno compuesto por elementos extra-chavistas es una idea sumamente abstracta o, mejor dicho, es una idea absurda porque el miedoso sabe que lo que más teme viene precisamente de afuera, es decir, de todo aquello que no pertenezca a esa burbuja enrarecida en la que vive. En fin, solo el miedo mantiene ese sistema y superarlo es indispensable para superar la crisis actual. La misión del venezolano actual es ser valiente, olvidar lo que aprendió del chavismo: el miedo cotidiano que nos susurra al oído una y otra vez "no puedes hacer nada, resígnate".

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