Cumpliendo con un oráculo que desconocía y que a su manera me va llevando hacia Michoacán, quiero citar ahora un fragmento de «La vida inútil de Pito Pérez», obra escrita por José Rubén Romero allá por los años 30 del siglo XX. Estas palabras me parecen no solo agudas sino oportunas y precisas para todo aquel que quiera comprender las cosas que ocurren en el país donde nací:
¿No ha observado usted que la profesión de déspota es más fácil que la de médico o la de abogado? Primer año: ciclo de promesas, sonrisas y cortesías para los electores; segundo año: liquidación de viejas amistades para evitar que con su presencia recuerden el pasado, y creación de un Supremo Consejo de Lambiscones; tercer año: curso completo de egolatría y megalomanía; cuarto y último año: preponderancia de la opinión personal y arbitrariedades a toda orquesta.
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