Por razones que desconozco y que no he intentado conocer, 13 es una cifra que pertenece al ámbito difuso pero fatal de los malos agüeros. Hace poco decía que habíamos vuelto a la docena, cosa que en su momento acepté con resignación y en cierto modo con sabiduría [aquí la lectora debe esbozar una sonrisa de condescendencia]. Ahora nuevamente son 13 los seguidores de Haplofrenia, cosa que demuestra que el 13 a veces tiene sus buenos momentos. Así, pues, le doy otra vez la bienvenida y dejo aquí esta entrada por si acaso vuelve a las andadas.
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