16 de agosto de 2012

Continuidad


Me hace gracia la gente que considera que un argumento débil o frágil es un argumento que no se debe tomar en cuenta porque es débil o frágil. Es un poco como creer que una gota y otra y otra no acabarán conformando una estalactita porque no son más que gotas. Lo mismo sucede con las personas que no le dan curso a un diálogo porque el Otro no tomó en cuenta todas las opciones posibles o no incluyó las opciones que esas personas hubieran ofrecido. Es el tipo de posición que suelen sostener los idiotas y los que creen tener un pensamiento y una actitud originales. Tengo para mí que la cosa es muy otra: la debilidad o la fortaleza de un argumento son instancias de continuidad y no la oportunidad para obliterar un intercambio. En el plano dialógico siempre falta algo y, al mismo tiempo, siempre están todos los recursos necesarios para que el intercambio continúe. La carencia, como la debilidad o la fortaleza argumentativas, refuerza el diálogo, no lo imposibilita.

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