13 de diciembre de 2010

Enesco

La ignorancia es hiedra; nosotros, muro donde adventicia y sarmentosa prospera. Hace poco me encontré con un disco de dos desconocidos quienes a su vez interpretan las composiciones de otro desconocido más. Me refiero a Lucian Ban y a John Hébert, músicos franceses que decidieron re-imaginar parte de la obra del rumano George Enesco. Nacido en Liveni, en 1881, Enesco vivió unos largos 74 años hasta que la muerte le sobrevino mientras residía en París. Aunque pudo haber sido fácil que Enesco se dejara influenciar por sus brillantes contemporáneos —entre ellos Ravel—, prefirió seguir sus propias ideas (o a su corazón) y se dedicó a estudiar la música folklórica de Rumania, permitiendo así que los aires gitanos se pasearan por la música académica como Pedro por su casa. Puesto que mi ignorancia es la hiedra aquella, no tengo criterios para comparar ni para valorar el status estético de sus trabajos. Sí me atrevo a decir que Aria y Scherzino para Violin, Viola, Cello, Bajo y Piano, compuesta en 1909, es una verdadera belleza.

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