30 de enero de 2013

Incierto


El Diccionario de la Academia Española de la Lengua, suele presentar las acepciones precedidas por una breve referencia etimológica. Por lo general, las palabras castellanas provienen del griego o del latín o de alguna otra lengua romance. Algunas, son calcos semánticos de las lenguas sajonas y germánicas y otras de origen árabe debido a la ocupación que sufriera la península ibérica hace ya un buen tiempo atrás. No obstante, algunas palabras tienen una nota que me intriga y que, lo confieso, me gusta mucho. Cito: «(De or. inc.)», que significa «De origen incierto». Pienso que esa referencia pudiera utilizarse fuera del marco lingüístico en más de una circunstancia de la vida; el amor, por ejemplo, debería escribirse siempre así «Amor (De or. inc.)» o, a pesar de Nietzsche, la afición de ciertos seres humanos por el poder debería obligarles a sumar esta advertencia a su nombre, v.g., «Chávez (megalomanía De or. inc.)».

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