25 de mayo de 2012

Casa de mi padre

Recientemente vi una película cuyo título, en castellano y a primera vista, no llama la atención: «Casa de mi padre», dirigida por Matt Piedmont. He de confesar que no sabía nada de este director y que una rápida incursión por la red me dejó saber que viene del mundo de la comedia, específicamente de Saturday Night Live. Este antecedente se hace patente en «Casa...», que es una comedia con todas las de la ley y también con todas las que no están en la ley. De hecho, su protagonista es Will Ferrell quien, como ya se sabe, hizo sus pininos de comediante en ese programa y, también, alcanzó la fama. No puedo decir que «Casa...» es una gran película; puedo, sin embargo, afirmar que me gustó mucho. Es el tipo de humor que requiere de una disposición de ánimo desprejuiciada y abierta a la sorpresa. Por ejemplo, Piedmont pudo haber utilizado todos los recursos técnicos disponibles para crear los escenarios y lograr secuencias si no memorables al menos plausibles, pero decidió otra cosa. Y su decisión es, para mí, la gran virtud de su obra. Piedmont optó por recuperar los artificios del cine de bajo presupuesto, pero hacerlo de una manera reflexiva. Es decir, además de contar una historia disparatada y a ratos desternillante, nos muestra las costuras de su trabajo. Incluso, hay un momento en el cual se refleja el equipo que está filmando la escena. No daré más detalles para no contaminar la experiencia. Sí diré que «Casa de mi padre», junto con «Napoleon Dynamite», «Nacho Libre», «Blades of Glory» y «Superbad», apela a ese lugar de la inteligencia donde reside la risa tonta, y no a la tontería para que la inteligencia se sienta insultada. Hay que verla. [PS: Ferrell hablando castellano es impagable, y entre los actores invitados hay algunas sorpresas].

No hay comentarios:

Publicar un comentario