7 de octubre de 2011

Confianza

Hace un par de días veía un programa de variedades y entre ellas, para mi sorpresa, incluyeron a un economista. Lo sentaron en el medio del plató y le hicieron preguntas aparentemente ingenuas. Entre una y otra respuesta ligera y jocosa, el economista ofreció una definición de dinero que me resultó haplofrénica. Según él, una moneda no tiene valor alguno si no es capaz de generar en su poseedor la confianza de que vale algo para alguien y que la confianza en ese valor no cambiará de un momento a otro. Es decir, el dinero es dinero porque yo tengo fe en que para el Otro vale lo que para mí vale. Cuando vamos a una tienda y el dependiente nos dice que un pantalón tiene tal o cual precio en monedas, creemos que ese objeto vale las monedas que damos por él, aun cuando sabemos que, en el plano objetual, las monedas no son equivalentes al pantalón, es decir, el pantalón en sí mismo no es la prueba de su valor en moneda; ni éstas ni aquél son funcionalmente intercambiables. Aunque nos ofrezcan todo un discurso sobre la calidad de los materiales que usaron para la fabricación del pantalón, esos materiales siguen la misma lógica del valor que se usa en la compra directa; esto es, creemos que el algodón orgánico (si es el caso) vale en dinero lo que se dice que vale y así sucesivamente. A todas estas, la definición del economista, se me ocurrió en aquel momento, es también un dispositivo de emancipación. La crisis de la que tanto se habla, entre otros factores, se debe a que aun con la confianza que se tiene respecto al valor del dinero, el dinero que existe ahora mismo es insuficiente para que la confianza se mantenga, es decir, el dinero está dejando de ser valioso porque simple y llanamente ni se tiene ni se tiene la esperanza de llegar a tenerlo a mediano plazo. O dicho resumidamente, porque no confío en que el dinero que tengo valga lo mismo para mi vecino. Digo que sirve para emancipar porque si ese proceso de descreimiento se agudiza y se lleva al extremo, un millonario dejaría de ser millonario aun cuando conserve todos sus millones porque ya no se creería que sus millones valgan algo. Acaso, al final, podamos comenzar a tener confianza en el Otro sin la mediación de cientos de papeles sellados. Ojalá llegue el momento en que el jamón vaya directo a la boca sin pasar antes por el bolsillo. Ojalá llegue el momento en que la confianza sea gratuita.

2 comentarios:

  1. ¿Sabías que 'ojalá' significa 'si Dios quiere'? Si significa eso, entonces todo se arreglará, es decir, Dios querrá.

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