23 de octubre de 2012

Bueno


No comprendo ni cómo ni por qué se ha difundido la idea de la «competitividad» como un fin digno de ser perseguido. En empresas privadas y del Estado, en el mundo deportivo, en la esfera política y en la económica, incluso en el ámbito científico, ser competitivo es el desideratum. A mí me parece que es una idea apropiada si la meta es alcanzar un bienestar para sí. En cambio, si la meta es alcanzar el bienestar común, entonces es una idea equivocada. Si queremos ese bienestar (el de todos) creo que es preferible y conveniente cooperar en lugar de competir, porque, en definitiva, lo interesante no es ser el mejor, sino hacer algo para que la vida con el Otro sea buena.

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