3 de septiembre de 2010

Perfectamente racional

Imagino que la ignorancia asumida y confesa es más digna que la ignorancia que se ignora a sí misma, y como eso de la dignidad es cosa rara en este mundo, confieso que no he leído a Stephen Hawking y de él sólo he visto fotos. Poco o nada sé de sus asuntos científicos. Hoy, mientras veía las noticias con la actitud de distanciamiento acrítico necesario para tolerar tantas desgracias mundanas, el narrador dijo, como quien dice que fulano de tal anotó un gol, que Hawking en su más reciente libro asegura que Dios no creó el Universo. La noticia me hizo mucha gracia, básicamente por dos razones: 1) la circunspección del periodista y 2) el crédito de veracidad asignado a Hawking. No veo por qué se anuncia con tanta seriedad que un científico reputado diga algo que nada tiene que ver ni con su oficio y ni con su competencia. Más elegante le quedaría afirmar, con la modestia que exige el tema, que él no cree que exista un creador del universo porque prefiere creer que el universo se creó a sí mismo (cosa que por cierto se parece mucho a lo del motor inmóvil que mueve sin ser movido, es decir, a Dios). Como nota curiosa, y no sé si desfavoreciendo la credibilidad de Hawking, el 27 de abril de 2010 dijo esto otro: «Para mi cerebro matemático, los meros números hacen que pensar sobre extraterrestres sea perfectamente racional.» Pero, según él, hay que tener cuidado con esto, porque los alienígenas podrían ser inteligentes y constituir una amenaza, es decir, ¡los invasores del espacio exterior pudieran ser humanos! Lo terrible es que Hawking nos da esta noticia luego de sacar del escenario a Dios, o sea que cuando vengan los marcianos y acaben inteligentemente con nosotros no tendremos ni infierno ni cielo a dónde ir. ¿Será que podremos acabar con ellos laicamente obligándoles a oír música mala, tal como hiciera Tim Burton en «Mars Attacks!»?


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