27 de octubre de 2010

La felicidad

Estaba yo tomando un refresco, costumbre que ejerzo desde muy pequeño y que no dudo en calificar como adicción, y giraba distraídamente la lata ante mis ojos, cuando de pronto vi un logo circular que semejaba una cara sonriente. Acomodé el foco, y leí alrededor de esa cara el siguiente texto: «Instituto Coca-Cola de la Felicidad». Mitad sorprendido y mitad consternado, no pude sino compartir una sonrisa con el logo aquel y, como casi siempre, fui a la red a enterarme un poco más sobre este asunto, que confieso me parecía más un juego publicitario que otra cosa. Estaba equivocado. El Instituto Coca-Cola de la Felicidad no sólo es real, sino tal como hace la UNESCO o Human Rights Watch, produce informes bajo la asesoría no de gente feliz sino de expertos en felicidad, como, por ejemplo, el señor Eduardo Punset. En uno de esos informes, el Instituto llega a esta sorprendente conclusión: «Los españoles son, junto a los italianos, los más felices de Europa.» ¿Y qué es la felicidad para los españoles? Pues tener lo que uno desea cuando estornuda tres veces seguidas: salud, dinero y amor. Afortunadamente, llega el otoño y con él los catarros, tan pródigos en estornudos, y en invierno, ya se sabe, serán más. Acaso por eso, tal como dice el Instituto en el mismo informe, «más de la mitad de los encuestados ve de forma optimista el futuro y espera ser más feliz el año que viene.»

No hay comentarios:

Publicar un comentario