A propósito de una decepción, acabo de escuchar en «Chowder» algo extraordinario, que iba más o menos así: Tengo el corazón partido en mil pedazos y esos pedazos partidos en mil pedazos y así hasta llegar al polvo y todo eso polvo lo tengo encerrado en el pecho. Bravo por C. H. Greenblatt, su creador.
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